domingo, 25 de agosto de 2013

Él.

Él es guapo. Es una de esas características que destacan en él. Él es listo, inteligente, lo que todo padre querría para su hija. Él es pícaro, siempre sabe darle la vuelta a la tortilla, y sacarte una sonrisa con cada palabra, y que te recorra un hormigueo por todo el cuerpo si te roza, si te besa, si te toca. Él es luz, ilumina siempre.

Él miente. Inventa en forma de broma, cosas, para luego hacerte dudar. Nunca dice nada claro y pone tantas excusas que sus propias excusas se solapan entre sí.

Él te hace sentir única, pero eres una más en su mundo. Él te habla cuando se aburre, pero cuando lo hace te provoca un temblor incomprensible y se te nubla la razón.

Él no sabe. Te hace sentir inútil, imbécil e ignorante. Él te hace creer que eres tú quien no entiende el mundo.

Él. La más perfecta de las autodestrucciones.

jueves, 22 de agosto de 2013

A veces le miro

A veces miro a un hombre con barba. Le veo de lejos y me sonríe. Le sonrîo y nos sonreímos en la boca. A veces tengo caprichos y él me los concede como si yo fuera una niña pequeña a la que cuidar.

A veces veo a un hombre con barba, sonriente, guitarra en una mano, cerveza en la otra, cigarro en la boca. Y me regala su humo como si fuese mi oxígeno.

A veces me toca ese hombre barbudo, con esas manos mágicas. A veces me eleva y me baja, como en una montaña rusa que nunca acaba. A veces me funde en sus orgasmos y me obliga a gritar, explotando. A veces me enreda entre las sábanas, entre risas. A veces se duerme encima mío, y si lloro me agarra, no me vaya a caer en mi vacío.

A veces creo que un viernes encontré a esa persona con la que compartirlo todo. A veces creo que he encontrado a mi consejero eterno, a mi mejor amigo. Y le doy las gracias por aguantarme, a besos, la espera de mi amor verdadero, mientras él espera al suyo.