Él es guapo. Es una de esas características que destacan en él. Él es listo, inteligente, lo que todo padre querría para su hija. Él es pícaro, siempre sabe darle la vuelta a la tortilla, y sacarte una sonrisa con cada palabra, y que te recorra un hormigueo por todo el cuerpo si te roza, si te besa, si te toca. Él es luz, ilumina siempre.
Él miente. Inventa en forma de broma, cosas, para luego hacerte dudar. Nunca dice nada claro y pone tantas excusas que sus propias excusas se solapan entre sí.
Él te hace sentir única, pero eres una más en su mundo. Él te habla cuando se aburre, pero cuando lo hace te provoca un temblor incomprensible y se te nubla la razón.
Él no sabe. Te hace sentir inútil, imbécil e ignorante. Él te hace creer que eres tú quien no entiende el mundo.
Él. La más perfecta de las autodestrucciones.