lunes, 28 de enero de 2013

¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?


Si suspiro e intento mirar hacia atrás, nos veo de pequeños, entre luces azules y blancas, como cualquier flashback decente que represente la infancia. No me acuerdo de cuándo te conocí; igual estabas en mis manos. Claro, lo olvidaba, tú ya vivías cuando yo sólo era una cría. 


Cuentan las leyendas que un día aparecí en un bar. Qué mierda de leyendas, ni que esto fuera Bécquer...está claro que la imagen es más de Isi/Disi pero con menos tetas que Pilar Rubio. Dicen que mi camiseta estaba por encima del ombligo y sé de qué camiseta habláis. También llevaba escote y por supuesto vaqueros ajustados. Siempre que lo describís os imagino como unos malditos pervertidos. Esa imagen se os ha grabado, no sé el por qué, pero la describías con tanto entusiasmo...Después crecí, no sé cómo ni por qué, y seguisteis a las sombras de mis pasos y, joder, lo que os he admirado. Mierda, lo que te quería. Luego pasó y todo era pelo y besos y sudor y muchísimo heavy de fondo. ¿Sabes que ya no escucho nada de eso? ¿Sabes que el heavy me hace daño? Algún día se me pasará, pero es que follábamos entre guitarras. Seguía siendo una cría y tú mi dueño de siempre. Joder, lo que te quiero aunque ya ni me acuerde. Joder, que se pare el mundo, que los Mötorhead salen a tocar nuestros orgasmos.

miércoles, 23 de enero de 2013

"Es que él me enseñó la genialidad de Kubrick"

Intentamos desmayarnos encima de los libros, extenuarnos hasta que la mente no de para más, hasta que nuestros pensamientos se ahoguen con miles de cifras y datos que olvidaremos pronto. Intentamos hacer imposibles para olvidar, para no pensar en él, y luego entras en una cafetería y buscas entre los post-its, y hasta allí, sin yo saberlo, estás. Yo no recordaba que estuvieras ahí. Pero de repente llega a mi mente todo lo del café. Nuestra relación ha sido una serie de inevitables momentos con sabor a café, noches en vela y rotos en terrazas. Somos esa parte madura del mundo en la que el mundo deja de saberte a cerveza. Y somos como dos niños que nos buscábamos en los bares, desde lejos y nos sonreíamos. Y conocíamos todo lo prohibido que hacíamos, pero nadie alrededor era consciente. Nos volvíamos locos. Y así acabó todo, locos y haciendo daño, a nosotros y a los de alrededor. De repente notaste mis defectos y te fuiste lejos. Pero, amor, cielo,amor. Amor, mis defectos los he presentado en una bandeja, no de plata, los he presentado encima de mi y sé que no encontrarás virtudes, que sólo verás mis intensidades y mis manías que odias, que aunque me presente como aquella que todo lo puede, en realidad no hay quien pueda con nada. Amor, yo sí que te echaré de menos, todos los días de mi vida. Pero esto es necesario. Aunque dentro de tres segundos vuelva a ti, no sé, cuando suene una canción de fondo, con cualquier diálogo de La Naranja Mecánica o igual con un "Perdona si te llamo amor". Perdona, amor, pero todo eso es tuyo. Yo te lo he ofrecido y tú te lo has llevado, como ha pasado conmigo. Disculpa, pero te has quedado un montón de esperanzas, de sonrisas. Te has llevado mi vida y, joder, la quiero de vuelta, que por algo es mía. Has entrado tan dentro y tus intenciones de salir son tan nulas que ya, no entiendo de sexos, de excusas, de besos, que no sean los tuyos.

domingo, 20 de enero de 2013

Duele.

Pero los sueños me entraron por el ombligo, obviando tu lengua. Seguiste creyendo en las mismas cortinas de humo que yo misma inventaba para ignorar mi locura. Dicen que las locuras se tienen que demostrar cuando yo la otra persona te quiere. Pero es que yo no quería que me quisieras, hasta que inevitablemente caí en tu pelo. Mido la largura de tus manos mentalmente, por marcas imborrables en mi cuerpo, de caricias extrañas; saludo a mis recuerdos para que no te vayas. Y duermo sobre papel mojado por lágrimas, no vaya a ser que me entre el calor y llegue a pensar que estás conmigo. Y me vuelva a caer en un terremoto. La palabra promesas la repito demasiado mentalmente, como la palabra besos. Y todo es incumplido, como el hecho de que no me has besado bajo la luvia. Te quiero llover. Pero tus motes cariñosos, tus besos y esas noches se han perdido. Ojalá me leyeses para saber que si quiero algo, son tus labios.

domingo, 13 de enero de 2013

Que quiero arriesgarme a conocerte.

Nos hemos buscado y perdido tantas veces que la vida nos está engañando. Nos estamos engañando. Y las esperanzas están en la basura. EL miedo nos ha comido las uñas poco a poco y ya las sonrisas no son las mismas, el tiempo me ahoga cuando no hay distancia. Te he pedido que vinieras a besarme tantas veces que he perdido la cuenta; no sé cuántas veces te he mirado en la distancia ni cuántas horas he hablado contigo. Y pierdo la cuenta de los mensajes sin responder que te escribo. Duele tanto romperme en manos que no sean tus manos...y miro tus uñas, tu ombligo y tus atardeceres y sueño el olor de tu pelo. Y despierto y volvía a ser un sueño, me meto en la cama ignorándolo todo sólo por volver al sueño que tenía, por volver a romperme en tus putas manos, de infierno y de cielo, tortura y placer. Sodomía y dominancia a partes iguales. Y romper como las olas contra los acantilados, de un modo tan brutal que nos hemos roto los cuerpos. Me has preguntado creyendo en una exageración de mis miles dramas teatrales, te has creído que no y es que sí: cuando se rompieron las almas, se me rompió el corazón y pisaste los pedazos una y otra vez. Teatro es otra cosa. Tus meras palabras de agradecimiento han servido para despertar una y otra vez mis instintos más salvajes y mis lágrimas de felicidad más puras (y pura). Y te he dado tantos besos entre sábanas invisibles que a veces creo que me voy a romper si no tengo tu boca. Y vuelvo a desvestirte mentalmente, del modo más lento posible para poder observar esa belleza griega de tu vientre. Y sigo cerrando los ojos porque así puedo casi tocarte. Y me tiemblan los labios y los ojos y las manos y se me entrecorta la respiración al descubrirte desnudo en mi mente. Una y otra ve como un ritual de tortura medieval, como si fuese hereje sólo por quererte en mi. Y te veo en mi tantas veces...y te busco en cada detalle del día a día. Me sonrío viendo hasta dónde he llegado y luego lloro por el objetivo incumplido y lejano. Placer divino, alternancia de besos y caricias que tanto deseo. Sólo quiero por una vez que tus palabras sean las que me rompan y que dediques más de un minuto a mis besos. Y que te congratules al verme, que se te enciendan los ojos, que me muestres un mínimo de ti, que simplemente por uno de mis mil versos, me digas una simple palabra que devuelva a la vida esas esperanzas tan furtivas, que por favor encuentres un segundo para mirarme a los ojos y hacerme creer que tú también tienes un poco dentro de este amor infinito que te extiendo como fe impoluta. Puedes llamarlo palabras bonitas, puedes creer lo que quieras, sólo quiero un minuto que me refleje que te importo y que no soy tu amiga ni lo seré nunca.

lunes, 7 de enero de 2013

Si me dejas entre tanto viento, ¿cómo voy a continuar?



‎-Pero si te quiero, no habrá vuelta atrás.
-Y yo seguiré sin quererte.

-Y cada vez tendré más miedo y me ahogaré en la soledad.
-Pero besarte esta noche no significa que te quiera, sólo que me importas. Y que quiero besarte.
-Es que no puedo vivir un día más sin besarte.
-Ni yo quiero.
-Y ese es el problema, que yo te necesito en mi vida, que necesito sentirte aunque estés lejos, que no puedo vivir un solo segundo sin pensarte. Y mi vida es desquiciarme continuamente con tus palabras o tus silencios. Y con el miedo. Y el frío. Y el no saber si puedo confiar en ti.
-Confía en mi. ¿Te he dado motivos para no hacerlo?
-¿Más allá de todas las promesas que has incumplido? Es que me autoconvenzo de que no has hecho nada mal, y sí lo has hecho.
-Lo sé.
-Me desesperas.
-Lo sé.
-Pero bésame, por favor, no estés otra noche sin besarme que me muero, que se me derrite el mundo y grito hacia dentro.
-Lo sé.


sábado, 5 de enero de 2013

Si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar?

Si dejas de hacer que me rompa, no me rompas. Es sencillo de entender, difícil de explicar. A besos nunca nos han pagado. Lo siento, pero esto acaba aquí. No puedo soportar tus invasiones. Para mi era normal ser así pero para ti es más fácil el vacío en las bocas y en las manos. Un futuro incierto. Ya sé que no hay futuro. Y desisto.