No noto el frío, no te echo de menos, ni tiemblo. No siento el vacío por las noches, ni las ganas de gritar. No recuerdo lo vivido, ni lo que nos quedaba por vivir, ni me machaco con tus palabras día y noche. No pienso nunca en ti. No paso por encima de los días como si no valiesen la pena, ni quiero cruzarme con tu mirada. No, no me pongo histérica y miro tu número esperando que suene.
No, no te quiero, ni me importas, ni me mereces la pena.
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