domingo, 25 de noviembre de 2012

Volé sin alas.

Volé sin alas porque era libre. Yo siempre fui libre, pero contigo más. Pude volar hasta un cielo infinito, y caer y remontar, porque siempre estabas detrás, con la mirada atenta para que no cayese. Tú me has llamado madre y yo a ti hija, y sabes que es al revés y sabes que es mentira. Tú siempre me has cuidado a mi, yo siempre te he mimado a ti. Siempre has sido mi preferida, mi primera elección para todo. Te quiero tanto. No hay palabras que describan esto, porque me has salvado la vida, literal y figuradamente. Eres eso por lo que me levanto cada mañana. Y no quiero explicar Italias ni Andalucías ni después, ni Madrid ni Salamanca. Quiero quererte y punto. Los jueves por la noche comer pizza, escuchar y cantar música, beber kalimotxo las dos solas y ser feliz aunque estemos en silencio. Tú eres mi persona.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Et magnam

Y con tanto dolor, llegaste tú. Y estallé en risas y en llanto. Me perdí en fuegos y en sueños. Me has quemado. Me he quemado. Todo ha sido explosión y pasión. Irracional, mi primera vez en este mundo de lo imposible. Y estallé. Estallé tantas horas que se oían mis estallidos. Y daba miedo. Y era humillante. Y entre explosión y explosión, soñaba contigo.


-A pesar de que sé que nadie debería rescatarme, aún estoy teniendo la puta esperanza de que de repente venga a rescatarme.
-Lo sé, cariño, lo sé.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Desde siempre me he roto en manos.

Nunca escribí para una única persona. Nunca conté toda la verdad de alguien ni compuse mis palabras en torno a un cuerpo. Mis latidos se entremezclan con el ritmo de muchas manos, de muchos pensamientos y compongo un árbol que supone mi vida, indescifrable para cualquiera menos para mi. 


Huyo con la velocidad de los gatos, sin mirar atrás, con las piernas temblando. Huyo porque he decidido que no va a haber nadie más que quien se ha metido bajo mi piel. Huyo porque tengo mucho miedo a no hacer el amor o a que me lo hagan, no lo sé. Respiro poco, entrecortadamente. Cuando tengo miedo me acuerdo de tus gruñidos en mi garganta. Y aunque añoro aquello, puedo seguir. Hace ya un mes y no puedo echar más de menos tus labios. Tengo miedo y me acurruco en tus sombras, más de cincuenta las tuyas. Y me da miedo que no seas feliz. Y me da pánico no ser nada para ti. Y aquí sigo, sin querer nada de ti y queriéndolo todo, con ese jaleo en mis neuronas, que bailan canciones desconocidas, como el sonido de fondo mientras me besabas, cuando sólo existías tú. Y por eso me obsesionas, me matas, por eso te quiero para mi y te quiero bien lejos. Por eso, porque me has hecho olvidar otros labios, me has hecho sonreír. Por eso tengo miedo a que elijas otro camino, como quien cerró su puerta en mi cabeza, quien me despreció por algo que nunca quiso. Por eso las manos me tiemblan y no te miro a los ojos. Me intimidas, quiero alejarme pero a la vez eres mi sol para tu Ícaro.


domingo, 11 de noviembre de 2012

Make me feel.

Yo sé cuando estoy triste: cuando pongo Dragonforce y no me animo, cuando escucho "Hoy Gano yo" y sigo sin sonreír. Sé cuando estoy triste porque me duelen las entrañas y me apetece besarte los gemidos. Sé que enmascaro mi  dolor continuamente. Pero porque quiero que vengas, que te lances al vacío. Necesito que me des tu mano y digas: confío en ti. Y eso es difícil, lo sé, y da miedo, lo sé, y quizás yo no sea esa persona para ti. Pero te llevo bajo la piel, necesito quitarte la tristeza de los ojos.


viernes, 9 de noviembre de 2012

No digo diferente, digo raro.

¿Tan difícil es aceptar lo diferente? ¿Hay que machacar al que es distinto, incluso literalmente?



DISTINTO

Lo querían matar
los iguales
porque era distinto.
  
Si veis un pájaro distinto,
tiradlo;
si veis un monte distinto,
caedlo;
si veis un camino distinto,
cortadlo;
si veis una rosa distinta,
deshojadla;
si veis un río distinto,
cegadlo...
si veis un hombre distinto,
matadlo.
  
¿Y el sol y la luna
dando en lo distinto?
  
Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir
distinto
de lo distinto;
lo que seas, que eres
distinto
(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):
si te descubren los iguales,
huye a mí,
ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

lunes, 5 de noviembre de 2012

Never needed anybody.

A veces viene a mi mente la imagen de tu sonrisa cansada. Y de tus ojos rodeados por las ojeras. Y de tus legañas. Y me da miedo quebrar tu cansancio con mis manos. A veces te veo desde lejos, adivinándote de manera instantánea y de tanta adrenalina me libero. Yo siempre fui libre, pero contigo más. A veces llega a mi mente ese despeinado negro y te sueño sonrisas. Y te veo sonrisas, pero con el miedo de mirar más arriba y que tus ojos sigan cansados. Da miedo ver un corazón roto, sentirlo tan cerca. Da miedo cuando algo te atrae tanto que te quemas, como la primera vez que un niño ve una hoguera. Es irremediable acercarse al calor, pero siempre vas con miedo de que las chispas te salpiquen o simplemente caerte dentro y quemarte. Y tu fuego es demasiado grande como para evitarlo. A veces imagino tus manos, que sueño en mi mente, que recogen con fuerza el deseo, de besos, de caricias, de algo más. De romper los secretos y la ropa. De matar la angustia eternamente, de seguir adelante, de que entres en mi como una bocanada de oxígeno, de un modo necesario. A veces te noto los brazos, como quien destaca entre la multitud y abriga el alma de los demás, con ese calor, esa dulzura entremezclada con una irremediable dureza. Es sencillo imaginar y tan difícil controlarse cuando mi imaginación se desborda. Que bañen mis lágrimas tu sudor. Que algún día esa sonrisa se convierta en un beso eterno.

"Recuerden, recuerden un cinco de noviembre. Conspiración, pólvora y traición.", Salamanca.

viernes, 2 de noviembre de 2012

We never lost control.

Tengo la sensación de conocerte desde siempre. Cuando te miro, pienso que eres como yo; ese alma que pretende ir de fuerte pero que es tan débil por dentro que a veces rompe a llorar sin remedio. Tengo la sensación de que has sufrido mis mismos traumas, mis mismos amores, mi misma desconfianza y miedo. A veces pienso que cuando sonríes, lloras por dentro o me sonríes por gusto infinito de encontrar un alma gemela. A veces creo que reventarás y me gritarás y me odiarás y creerás que te hago daño. A veces pienso que tus inseguridades son mis inseguridades y que das los pasos lentos por miedo al desequilibrio. Creo que cuando te despeinas pretendes dar una extraña apariencia de locura, de desinhibición, como quien aparenta que no tiene problemas. Creo que todos han sido siempre duros contigo, pero tú has sido una buena persona toda tu vida, sin grandes locuras, con todo lo que quieres pero con ese vacío existencial que sólo los románticos tenemos, con esas ganas de encontrar un corazón gemelo. Y que te acercas a mi buscando ese abrazo infinito, buscando un te quiero que dices no buscar. Y que tus amigos son ese pilar fundamental que has ido perdiendo poco a poco, hasta que quedan los de verdad, los únicos, los de siempre. Y te da miedo y rabia perderlos aunque digas: estoy mejor sin ellos. Por no hablar de la sensualidad frustrada, de ese odio infinito hacia tu persona que te nubla la vista y te impide ver tu verdadera belleza. A veces creo que me quieres querer por encima de todo, pero que luego razonas y entiendes que a mi no se me quiere: se me ama o se me odia. Y eso es así, tú lo sabes porque contigo es igual. A veces creo que tu decisión no sería tan difícil sin miedo. A veces te amo infinitamente y creo...

Pero dejé de creerlo, porque lo sé, porque no sé si recuerdas que te conozco desde siempre.

  -Por aquél que miraba con ojos de cristal, a su enana infinita y eterna. Amor mío eterno e infinito.-