Volé sin alas porque era libre. Yo siempre fui libre, pero contigo más. Pude volar hasta un cielo infinito, y caer y remontar, porque siempre estabas detrás, con la mirada atenta para que no cayese. Tú me has llamado madre y yo a ti hija, y sabes que es al revés y sabes que es mentira. Tú siempre me has cuidado a mi, yo siempre te he mimado a ti. Siempre has sido mi preferida, mi primera elección para todo. Te quiero tanto. No hay palabras que describan esto, porque me has salvado la vida, literal y figuradamente. Eres eso por lo que me levanto cada mañana. Y no quiero explicar Italias ni Andalucías ni después, ni Madrid ni Salamanca. Quiero quererte y punto. Los jueves por la noche comer pizza, escuchar y cantar música, beber kalimotxo las dos solas y ser feliz aunque estemos en silencio. Tú eres mi persona.
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