La culpa es de tu silencio, que se me ha enredado en el pelo y me está haciendo daño. La culpa es de tu distancia, de los relojes y del calendario. La culpa es suya y de la falta de besos. La culpa es de los temblores, del miedo. La culpa es de que no quieres y que ya no me dejo. La culpa es de lo que nos falta, de lo que no está ahí. La culpa es de que nos intoxicamos y desintoxicamos con demasiada frecuencia.
La culpa es de los días en los que no te veo.
Los días en los que no me hablas.
Los días en los que tengo miedo.
Los días en los que no hay un "guapa".
Ni tus motes.
Ni tus palabras.
Ni tus tonterías.
Ni mi miedo, ya no sabes que tengo miedo.
A perderte.
A necesitarte.
A tener miedo.
A que no me sepa a la amargura del café.
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