Quiero que cuando creas que debes dejar de correr, sigas corriendo. Aléjate de mi muy rápido y al segundo vuelve corriendo con miedo en los ojos. Te hice libre y lo sabes. Te hice volver a sentir y lo sabes. Y por eso corres en las dos direcciones, te alejas y te acercas por igual, depende de cómo te despiertes ese día. Y me descontrolas, pero como siempre estoy ahí, te da igual. Y a mi también me da miedo, pero me hago la fuerte por los dos. Y tú te haces el fuerte, con todo ese miedo en los ojos, que te lo veo yo. Me hago la indiferente cuando me enamoré ya en aquella terraza, con aquél café. Yo era tan pequeña en ese momento y tú eras tan grande y te importaba una mierda porque iba a ser una más. Y luego dejé de serlo y te dio otra vez el miedo y te fuiste lejos. Y no volviste nunca. Y sólo vuelves de vez en cuando alguna noche que yo estoy triste, por si acaso yo ya no puedo más y me voy a ir, me retienes con cuatro sonrisas y vuelvo a esperarte. Y me pongo esa música que odiamos. Y te odio y te quiero con tanta intensidad que yo también corro. Tengo miedo porque contigo, ya te dije, no quiero una noche sino un amanecer. Y eso da mucho más miedo que todas las noches de miradas furtivas, que toda la espera que provoca leer tu nombre. Corre, amor, amigo eterno, corre. Corre hasta llegar a mis brazos, dame la mano y corramos juntos.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
lunes, 17 de diciembre de 2012
Deseo pintar el camino hacia tus brazos.
Y cuando las brumas de la noche se apoderaban de mi, llegaste tú, salvando el día, como el héroe que nunca has sido. Luchaste y peleaste contra las sombras de los 7, que eran más de 7 y que hacían daño. Y te apoderaste de las voluntades secretas que yo tenía, y tengo. De eso de no hablarte para no parecer algo estúpida, de luchar contra un mundo que quizás no me entendía, ni te entiende. Y no sé si eres especial, quizás eres otro idiota más. Pero eso que mueve mi mundo, que no sé lo que es; eso lo ganaste tú. Y no sé si lo has ganado con besos o sin ellos; con palabras o silencios; alcohol o falta de él; a promesas incumplidas. Y te escudas en algo que ya no sirve, no funciona como pretexto y yo invento excusas que me lleven hacia ti. Y me entra el miedo y te entra el miedo y nos perdemos. Y bueno, nos dejamos como si alguna vez hubiésemos empezado algo. Y me partes en mil pedazos, me estallas contra la pared, me comes la envidia, me matas las ganas y me reestallas contra el mundo, me haces reír y llorar en los mismos minutos con palabras que ni tú sabes que hacen daño. Y lo sabes a la vez. Me complementas y me expandes y luego me estrellas contra ese muro de piedra que salto con paciencia y del que no he recorrido ni el primer peldaño. Por una escalera hacia tu corazón o tu cabeza, queriendo ser dueña de al menos un pensamiento diario tuyo. Espero aquí, como una tonta a que algo cambie y pasa el tiempo, y cada vez son menos horas, ahora hay días que ni siquiera hay un simple adiós. Ni un aviso de esos nocturnos que a veces son mentira. Y sé que es mentira y sabes que lo sé, porque entiendes que mi ingenuidad tiene un límite, aunque lo amplíes de un modo automático. Y te veo por detrás con tu sonrisa secreta y el mundo me devuelve esa realidad confusa, ese torrente de realidad que me hace ver que ni fuiste, ni eres, ni serás (ni siquiera por un segundo) mío.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Cause I don't want to come back down from this cloud, it's taken me all this time to find out what I need, yeah.
No surgieron besos, ni nos perdimos en excesos, ni pasamos largos ratos mirándonos. Pero eso somos nosotros, desesperación, bipolaridad, abrazos en la distancia. Somos una marea de sentimientos, que está baja y al segundo en lo más alto. Somos sueño y vida. Nos conocíamos antes de conocernos. Somos inocencia sesgada, control absoluto, sodomía y dominancia a partes iguales. Somos claros y tempestad
es en un cielo donde no hay grises. Somos locura, comprensión, sexo y amistad, bocas y besos no dados, deseo escondido. Somos fetichismo del otro, salud por sonrisas, somos palabras y sin palabras, silencios sordos. Somos vida, somos. Y lo somos en plural, porque lo tuyo y lo mío, sólo lo puede entender el otro.
*Cualquier parecido con nuestra realidad cambiante, es pura coincidencia.*
domingo, 9 de diciembre de 2012
Have heart, my dear. We're bound to be afraid. Even if it's just for a few days, making up for all this mess.
Quizás por mi cumpleaños te pida a ti. Para que aparezcas por la puerta de una vez por todas y me llenes de los besos que no nos hemos dado. Unos besos que, estúpidamente, no nos hemos dado. ¿Por qué? Nunca sirvieron las preguntas entre los dos, nunca hemos encontrado sentido a este dolor de cabeza. Soportamos lo que el otro nos hace sufrir estoicamente, como si no importara. Y por dentro morimos
un poco, porque ¿queremos amar?. No lo sé, no sé qué quiero ni lo sabré nunca, pero quiero que estés a mi lado, sea como sea. Oírte respirar como forma de anestesia. Tranquilidad infinita de tus manos y tus labios. Beso infinito, ¿amor?. No lo sé ni me importa. No me importa nada. Sólo tú. Yo. Nuestros cuerpos fundiéndose. Y te quiero ver sonreír hasta el último de mis días, te lo aseguro.
*Si pensáis que este escrito va por alguien en especial, estáis equivocados; es pura coincidencia. O no.*
sábado, 8 de diciembre de 2012
Soy grito y soy cristal.
¿Alguna vez te he dicho que si me pierdes me pierdo? No puedo insistir más en intentar entender esto. A veces la vida es así de cruel, nos intenta arrebatar lo que queremos, y te llama alguien diciéndote que puede que mañana te falte esa persona. Y gritas y lloras y te pones a arreglarte para salir de fiesta, porque quizás los besos te calmen. Qué miedo. Te llevo tan dentro del corazón que si te vas, me lo arranca el destino. Y en ese preciso momento viene una persona a mi mente. No es lógico, es más bien irracional, es gritar, es arrancarte las entrañas intentando entender por qué alguien viene a mi mente en un momento así. Y tienes un, ¿cómo era?, detalle. Y lo único que quieres es que te partan labios, miradas, caricias, que te partan manos y sonrisas. Sólo quieres perderte en un cuerpo que te arrope con los ojos. Quieres ese optimismo dentro de ti, ese todo irá bien, ese ánimo. Quieres que todo fuera diferente, que nadie os hubiera partido el corazón y fueseis capaces de amar. Y no podéis porque, en fin, están rotos. Y entonces nuestras capacidades desaparecen y existe ese miedo a encontrarlas si hay besos. Creo. ¿Es así? Dímelo tú, ¿es el miedo a que te quiera? ¿Es pánico atroz a seguir viviendo y que todo cambie? ¿Eres feliz? ¿Eres capaz de besar?
Y destino, destino, cambio el mundo, cambio porque no te lleves a mi eterno. A mis ojos negros. Pido que me dejes siempre a su lado; con sus locuras, con su mal humor, con su Extremoduro. Pido que nunca te lleves lo que más quiero. Por favor, bésame eternamente, como cuando de pequeños nos comíamos aquellos lacasitos escondidos y tú te hacías el mayor enseñándole películas de miedo a tu pequeña, a tu prima.
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