miércoles, 26 de diciembre de 2012

Putas ganas de seguir el show.

Quiero que cuando creas que debes dejar de correr, sigas corriendo. Aléjate de mi muy rápido y al segundo vuelve corriendo con miedo en los ojos. Te hice libre y lo sabes. Te hice volver a sentir y lo sabes. Y por eso corres en las dos direcciones, te alejas y te acercas por igual, depende de cómo te despiertes ese día. Y me descontrolas, pero como siempre estoy ahí, te da igual. Y a mi también me da miedo, pero me hago la fuerte por los dos. Y tú te haces el fuerte, con todo ese miedo en los ojos, que te lo veo yo. Me hago la indiferente cuando me enamoré ya en aquella terraza, con aquél café. Yo era tan pequeña en ese momento y tú eras tan grande y te importaba una mierda porque iba a ser una más. Y luego dejé de serlo y te dio otra vez el miedo y te fuiste lejos. Y no volviste nunca. Y sólo vuelves de vez en cuando alguna noche que yo estoy triste, por si acaso yo ya no puedo más y me voy a ir, me retienes con cuatro sonrisas y vuelvo a esperarte. Y me pongo esa música que odiamos. Y te odio y te quiero con tanta intensidad que yo también corro. Tengo miedo porque contigo, ya te dije, no quiero una noche sino un amanecer. Y eso da mucho más miedo que todas las noches de miradas furtivas, que toda la espera que provoca leer tu nombre. Corre, amor, amigo eterno, corre. Corre hasta llegar a mis brazos, dame la mano y corramos juntos.

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