sábado, 23 de marzo de 2013

Es todo lo que quiero en esta vida insana.

Nos sigo acumulando momentos como una loca, es como una droga que me hace ser feliz y a la vez me entristece. No he sido capaz de llorarte hasta ahora mismo. Digo tantas cosas, peco de bocazas, pero al menos, nunca te miento. 

Te quiero con más miedo del que creí poder tener. Me moría por obtener ese premio de tu boca. Y de repente, puedo creer en confianzas y promesas. A la vez que se me va partiendo el corazón. Claro que te lo permito, te lo permito todo menos no besarme. Y eres ese segundo previo que me haces tener cada vez que te acercas. Miedo a que todo dure tan poco. Un instante fugaz sólo para hacerme feliz de un modo casi eterno. Etéreo tú, de sabor dulce y amargo, de olor (lo tuyo de los olores).

Tus roces, tu forma de hacer todo elegante y perfecto. Esa manía tuya de ser guapo a rabiar. Y esa forma de abrazar. Y lo de los besos. Y tú sonrisa. Esa sonrisa por la que vendería mi alma al diablo. 

Absorbo cada uno de tus detalles por si otra vez dejo de verlos. Me hiero tanto. Te hieres tanto. Me hieres tanto. Te quiero tanto.

http://www.youtube.com/watch?v=3-UJb3YufrQ

miércoles, 20 de marzo de 2013

¿Eres mío?

No te lo pregunto porque quiera que lo seas, te pregunto que si eres de otras, por si tus palabras se refieren a muchas más. ¿Es ella? ¿O es aquella? ¿No entiendes mis dudas?. Me acuerdo del sol y de aquel cruce. De la bicicleta. De tus necesidades para no huir. Y después, de repente, huiste.

He salido a correr, o a llorar, no me acuerdo, por las calles de esta triste ciudad. Me sabe a ti y a café y eso que el café ya no lo bebo para no recordarte. Sí, he cambiado muchas cosas. Sé que lo quieres saber pero que no puedes saberlo. Ojalá nos hubiéramos conocido un poco antes. Ojalá siempre invitases tú.

Y nada, mi vida sigue cambiando y tú sigues lejos. Y desconecto con música de la que no es tuya, pero a veces se cuelan unos acordes por ahí, que me hacen pensar en nuestros parecidos. Entonces he empezado a hacerme té e infusiones, como una loca, porque eso no me iba a recordar a ti. De repente me duele y soy incapaz de entrar a ese edificio porque no estás ahí sentado. Y me pongo los pantalones negros, a ver si quedan restos (que no).

Me pongo a recitar a Espronceda, con toques de Bécquer. He mirado el póster de Kubrick esperando encontrar la respuesta. Me he tragado otro puto libro, a ver si me dejaba de saber a ti. Y, joder, es que ya no sabe, huele; y yo sé eso que dices tú de los olores. Tú hueles a sur, a ese que nombró a mi primo.

Hay que joderse todo lo que le escribo a tu pelo, a tu sonrisa, a tus besos. Hay que joderse lo que te escribo y cómo los dos nos hacemos los tontos: 
-¿Ese escrito va por mi?
-No, no, es una tontería mía.
-De acuerdo-"Va por mi", piensas.
"Sabe que va por él", pienso.

¿Sabes el problema? Que no me besaste porque estaba ella. Y no supe reaccionar. 
¿Sabes el problema? Que te besé yo por última vez, y eso me hace dudas.
¿Sabes el problema? Que nunca me besarás como aquella vez.

No guardo tus mensajes, pero ahí están, entre mi cabeza y mi corazón, haciendo que me derrita y llore. 

Y yo quiero volver a beber café, pero que sea de tus labios.

martes, 12 de marzo de 2013

Breathe.

Me iba a cerrar. Iba a aumentar el muro y esconderme detrás. Iba a estar en una jaula de sentimientos, esperando que así, todo dejase de doler. Y de repente, me acordé de todas las personas a las que he querido a lo largo de mi vida.

Si quieres, implica dolor. Lo he aprendido durante todo este tiempo, porque lo que te dice alguien que quieres tiene más capacidad de hacerte sangre, de removerte las entrañas. Pero querer significa felicidad, significa sentirte reconfortado con sólo un poco de cariño de esa persona. Amar es otra cosa. Amar es explotar las emociones hasta el punto en el que no puedes más.

Querer es que te importe otra persona, que busques su felicidad, que te guste estar a su lado. 

Amar es una locura inexplicable.

Qué duro es vivir sin sentimientos, qué duro es cerrarte a tantas emociones. Por eso arriesgo, por eso va a doler, por eso cuando me hundas (aunque lo hagas sin querer), tendré el dolor de haber amado sin resultados y necesitaré a la gente a la que quiero para que esa espina salga poco a poco. Yo no pierdo nada, porque al final me acordaré de lo felices que eran tus besos.

sábado, 9 de marzo de 2013

Karla.

"Aunque sepa que la estés cagando, te apoyaré a cada segundo."

Cuando ese es tu lema de vida con alguien, sabes que quieres a ese alguien. Sabes que lo vuestro es irrompible, es junco que se dobla y nunca parte.

No me acuerdo de cuándo la conocí. Yo siempre he sido una persona de contarle mis problemas hasta a las piedras, pero desde que la conozco no me hace falta, ella es mi cimiento, ella sujeta todo lo que hago, lo que vivo. Si estoy triste, sólo me hacen falta dos minutos para sacarme una sonrisa; incluso a veces basta con verla. Podemos dormir juntas sin tocarnos. Y despertar felices. Podemos atraparnos debajo de una cama por saltar haciendo el superman. Es que somos muy de saltar, muy de confiarnos. Somos de esa clase de amigas que dan miedo, de las que se miran y provocan cierto fuego en la gente (confianza o envidia, eso ya depende de los demás), porque terminamos la frase de la otra sin que la otra haya empezado a pronunciar la frase.

No sé si todo esto se debe a las experiencias vividas o al simple hecho de que su dulzura te atrapa. Es la mejor amiga que nadie pueda imaginar. De las que te hacen caso a las 5 de la mañana. De las que te acogen en su casa por el simple hecho de que no tienes un buen día. De esas que se adueñan de tu cama y tu comida sin necesidad de preguntar y que te traen tu zumo favorito porque sí, o te dejan un libro que adoras sin ni siquiera pedírselo. Es de esa clase de gente que hace esquemas en noches de estudio para intentar entender cómo ayudarte. De las que están a tu lado sin hablarte porque no es necesario. De las que te hacen hacer locuras sin replanteártelo más de dos segundos, de las que lo organizan todo para que tú no tengas dudas.

Bueno, ella es única, nunca lo entenderéis ni pretendo que lo hagáis, sólo escribo porque quiero que me tengáis mucha, mucha envidia, porque la verdad, tengo la mejor amiga que nadie pueda imaginar y eso no me lo quita nadie. Y sinceramente, si de algo estoy orgullosa es de poder tenerla a mi lado.

domingo, 3 de marzo de 2013

Pero en el fondo soy un sentimental.


Ella se dejó besar por ti, pero no era consciente de lo que significaría tu beso. Para ella, en ese instante, era un triunfo más, otro chico guapo. Pero poco a poco esos labios se convirtieron en obsesión. Envolver sus manos con tu pelo, achicharrarse con el calor de tu pecho, perderse en tus perfectas imperfecciones. Dejó de cobrar sentido, bebía el café como si fueran tus efluvios y el insomnio era poco más que un triste compañero. Detenía sus ojos una y otra vez en la pantalla, esperando descubrir un ínfimo detalle más sobre tu vida. Sus venas se llenaron de tu obsesión. Sus miradas se perdían en el infinito, soñándote. 

Y cuando creía que no podría más, cuando la risa ya no era su compañera y más que risa era carcajada nerviosa; cuando sus manos no soportaban más el frío del teclado, el ardiente té, el áspero chocolate y el humeante cigarro...volviste tú. Con tu cara de salvador, para no rescatarla. Pero ibas con aquella camiseta de manga corta que a ella tanto le gustaba, que se ajustaba a tus brazos. Pero no te habías peinado. Pero la barba era de más de tres días. Pero tus dientes reflejaban una sonrisa de pura publicidad. 

Y por fin, respiró. Pensó en los días impares. Pensó en el Mayo que aún no habías vivido. En la Navidad, en Halloween. En vuestro septiembre ideal. Se acordó del once inicial del partido (once, once más bien doce) ¿Qué nos habrán dado los veintisietes? 

viernes, 1 de marzo de 2013

Like I did yesterday.

El tiempo nos desquebraja las entrañas. Nos creíamos inhumanos, pensábamos que siempre estaríamos al lado. Yo creía que al final serías para mi, que nunca iba a encontrar a nadie que me hiciera olvidarte. Cierto es que yo nunca te olvido, pero he encontrado a muchos. Las noches ya no me llenan, miro mi póster y sonrío, pero con esa sonrisa amarga que hace que se me oprima el pecho.

Tu risa era la cascada de mi mirada, era el sueño. Ya no lo hago todo por ti. Y eso me da miedo. No lo sé, ¿tú tienes miedo? Creo que a veces lo veo en tus ojos. Como tus brazos que se aferraban a lo imposible. Tú sigues tardando demasiado y yo quiero ir tan rápido.

La velocidad frente a tu eterno agotamiento. Mi sonrisa. A veces creo que soy diez años más joven que tú, a veces veo que nos duele la vida, pero que yo, al menos, he sido fuerte. Crees que la vida te ha golpeado y me sientes como eso efímero y alocado, pero a mi sí que me han dado golpes. Y duelen, sí. Y agota, sí. Pero me has hecho vivir. 

Después de todo lo que nos hemos vivido, de ser el uno para el otro... Hemos dejado que nos consuma la rutina malsana y las horas sin dormir. Nos ha agotado el insomnio constante (que me sigues provocando). Nos hemos hecho tanto, TANTO daño. Y después de sufrir, nos hemos cansado de buscar la recompensa. No mientas, tú también has sentido mi dolor y has sufrido con mi desdén, te ha dado miedo mi indiferencia. Pero quizás ya es tarde. 

Te estoy escribiendo mi despedida. Nunca pierdas tu sonrisa. Adiós. Espero que nos volvamos a ver (en otra vida, en otras circunstancias, con menos miedo).