Me iba a cerrar. Iba a aumentar el muro y esconderme detrás. Iba a estar en una jaula de sentimientos, esperando que así, todo dejase de doler. Y de repente, me acordé de todas las personas a las que he querido a lo largo de mi vida.
Si quieres, implica dolor. Lo he aprendido durante todo este tiempo, porque lo que te dice alguien que quieres tiene más capacidad de hacerte sangre, de removerte las entrañas. Pero querer significa felicidad, significa sentirte reconfortado con sólo un poco de cariño de esa persona. Amar es otra cosa. Amar es explotar las emociones hasta el punto en el que no puedes más.
Querer es que te importe otra persona, que busques su felicidad, que te guste estar a su lado.
Amar es una locura inexplicable.
Qué duro es vivir sin sentimientos, qué duro es cerrarte a tantas emociones. Por eso arriesgo, por eso va a doler, por eso cuando me hundas (aunque lo hagas sin querer), tendré el dolor de haber amado sin resultados y necesitaré a la gente a la que quiero para que esa espina salga poco a poco. Yo no pierdo nada, porque al final me acordaré de lo felices que eran tus besos.
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