La
vida da tantas vueltas. Puedes encontrar gente increíble en los
lugares más extraños y que tu vida de un giro de 180º. Mi vida
cambió un 14 de febrero, hace ya algún tiempo. Encontré a la gente
que iba a amar durante años. Encontré a alguien que quise muchísimo
y que ahora es uno de los más fieles amigos que puedes encontrar.
Encontré también a la persona que me iba a romper el corazón y me
iba a hacer descubrir quién era yo de verdad, que me quitaría los
miedos para mostrarme al mundo. Encontré también a mi amor. Ese
mismo día, descubrí quién sería mi fiel compañero de por vida,
una de las personas a las que más amo del planeta. Ese día encontré
a mi pequeña, “que en paz descanse”, sé que estás ahí y me
gustaría que volvieses, mi niña. También fue a raíz de ese día
que conocí a todos los demás. Toda la gente que ha formado mi mundo
durante varios años. He crecido con ellos, ellos me han enseñado,
ellos me han protegido, ellos me ha sujetado. Gracias a toda esa
gente, descubrí a mi persona, esa persona con la que pasar el resto
de tu vida, mi mejor amiga.
Y
así es como funciona la vida, con pequeños detalles que no sabes
que cambiarán tu mundo.
Me
han hecho mucho daño, yo he hecho daño, incluso a veces soy yo
misma la que se hace daño. Pero sigo adelante a cada segundo, no me
canso de tropezarme, de caerme y al segundo levantarme. No me canso
de sonreír, de seguir conociendo gente nueva que puede que vaya a
formar mi mundo. No me canso de tener fe y esperanza. No me canso de
seguir adelante y dar el siguiente paso, a veces despacio y
firmemente, otras veces rápido e inseguro, pero siempre adelante.
Seguiré preocupándome demasiado por los demás, seguiré impaciente
e insegura, seguiré llorando a cada esquina y sonriendo diez
segundos después. Seguiré sin saber muy bien que hacer, cogiendo
las maletas en el último momento, con miedo a comprometerme con el
mundo. Seguiré liándome y dándole vueltas a las cosas mil veces
antes de tomar una decisión (que evidentemente cambiaré justo antes
de hacerla). Seguiré durmiendo poco, sintiéndome culpable por no
hacer las cosas a tiempo. Seguiré diciendo cosas inapropiadas en
lugares inapropiados, contándole mi vida al primero que pasa por la
calle. Seguiré hablando alto, diciendo mis verdades (directas aunque
duelan). Seguiré preocupada porque la gente se enfade conmigo o les
parezca pesada. Seguiré con miedo a perder a quienes quiero. Seguiré
mordiéndome el labio inferior cuando algo me preocupa, riéndome de
lo que leo detrás de una pantalla de ordenador y hablaré con todos
mis contactos, como siempre. Seguiré escribiendo en las esquinas de
los folios de mis apuntes y me tocaré continuamente los dedos para
encontrar mis anillos. Y gritaré mis sentimientos a los cuatro
vientos. Seguiré creyendo que la música es mi vida. Y confiaré
demasiado e las personas nada más conocerlas. Perdonaré a los demás
aunque me hagan daño mil veces, y nuca me enfadaré. Abriré mucho
los ojos cuando algo me sorprenda, y mientras todos conversan yo me
callaré cuando mi mente esté imaginando otros mundos, o hablaré
mucho tiempo seguido, a veces de forma incoherente (mi mente va
demasiado deprisa). Seguiré siendo yo, optimista y pesimista a la
vez, melancólica pero feliz al mismo tiempo, eternamente
contradictoria. Seguiré siendo yo.
Un
7 de Octubre de 2012, 4:35. Salamanca
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