domingo, 7 de octubre de 2012

We should be lovers just for one day


La vida da tantas vueltas. Puedes encontrar gente increíble en los lugares más extraños y que tu vida de un giro de 180º. Mi vida cambió un 14 de febrero, hace ya algún tiempo. Encontré a la gente que iba a amar durante años. Encontré a alguien que quise muchísimo y que ahora es uno de los más fieles amigos que puedes encontrar. Encontré también a la persona que me iba a romper el corazón y me iba a hacer descubrir quién era yo de verdad, que me quitaría los miedos para mostrarme al mundo. Encontré también a mi amor. Ese mismo día, descubrí quién sería mi fiel compañero de por vida, una de las personas a las que más amo del planeta. Ese día encontré a mi pequeña, “que en paz descanse”, sé que estás ahí y me gustaría que volvieses, mi niña. También fue a raíz de ese día que conocí a todos los demás. Toda la gente que ha formado mi mundo durante varios años. He crecido con ellos, ellos me han enseñado, ellos me han protegido, ellos me ha sujetado. Gracias a toda esa gente, descubrí a mi persona, esa persona con la que pasar el resto de tu vida, mi mejor amiga.

Y así es como funciona la vida, con pequeños detalles que no sabes que cambiarán tu mundo.

Me han hecho mucho daño, yo he hecho daño, incluso a veces soy yo misma la que se hace daño. Pero sigo adelante a cada segundo, no me canso de tropezarme, de caerme y al segundo levantarme. No me canso de sonreír, de seguir conociendo gente nueva que puede que vaya a formar mi mundo. No me canso de tener fe y esperanza. No me canso de seguir adelante y dar el siguiente paso, a veces despacio y firmemente, otras veces rápido e inseguro, pero siempre adelante. Seguiré preocupándome demasiado por los demás, seguiré impaciente e insegura, seguiré llorando a cada esquina y sonriendo diez segundos después. Seguiré sin saber muy bien que hacer, cogiendo las maletas en el último momento, con miedo a comprometerme con el mundo. Seguiré liándome y dándole vueltas a las cosas mil veces antes de tomar una decisión (que evidentemente cambiaré justo antes de hacerla). Seguiré durmiendo poco, sintiéndome culpable por no hacer las cosas a tiempo. Seguiré diciendo cosas inapropiadas en lugares inapropiados, contándole mi vida al primero que pasa por la calle. Seguiré hablando alto, diciendo mis verdades (directas aunque duelan). Seguiré preocupada porque la gente se enfade conmigo o les parezca pesada. Seguiré con miedo a perder a quienes quiero. Seguiré mordiéndome el labio inferior cuando algo me preocupa, riéndome de lo que leo detrás de una pantalla de ordenador y hablaré con todos mis contactos, como siempre. Seguiré escribiendo en las esquinas de los folios de mis apuntes y me tocaré continuamente los dedos para encontrar mis anillos. Y gritaré mis sentimientos a los cuatro vientos. Seguiré creyendo que la música es mi vida. Y confiaré demasiado e las personas nada más conocerlas. Perdonaré a los demás aunque me hagan daño mil veces, y nuca me enfadaré. Abriré mucho los ojos cuando algo me sorprenda, y mientras todos conversan yo me callaré cuando mi mente esté imaginando otros mundos, o hablaré mucho tiempo seguido, a veces de forma incoherente (mi mente va demasiado deprisa). Seguiré siendo yo, optimista y pesimista a la vez, melancólica pero feliz al mismo tiempo, eternamente contradictoria. Seguiré siendo yo.

Un 7 de Octubre de 2012, 4:35. Salamanca

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