miércoles, 17 de octubre de 2012

Y alimento, con mi carne, en monfragüe buitres negros

Hoy soñé con vosotros. Me he acordado de cada uno de los errores que habéis cometido y que yo he callado. Como cuando te dejó la novia e intentando ayudarte sólo me llevé reproches. Como cuando dijiste que yo había hecho...y era mentira. Como cuando te reíste en mi cara creyendo que nunca descubriría que aquel insulto era para mi. Así podría seguir hasta mañana; e incluso dar nombres como hacéis vosotros a modo de humillación pública. Pero estoy por encima de eso.

Hoy me he acordado de todos los errores que habéis cometido y que he perdonado en silencio sin ni siquiera deciros: "mira, tu error".

Habláis de cómo soy de puta, de qué mala amiga o de cómo he fallado. Pero el fallo sólo lo pago yo y ni siquiera tiene que ver con vosotros. Yo no he fallado a un amigo ni he fallado a un novio. Yo he actuado, he errado, lo he asumido sin mentiras. Yo no he fallado a nadie, sólo he fallado en general y os habéis tomado la ofensa como algo extremadamente personal, como si os hubiese apuñalado. Me he acordado de vuestro error. Os he defendido a muerte toda la vida, lo he dado todo por vosotros y aún así ese error está ahí; muy pocos ayudasteis u os molestasteis siquiera en creerme. Preferisteis a otro antes que a mi, sin ni siquiera replantearos si era o no cierto lo que yo decía. No, no hablo de lo que pensáis; hablo de algo mucho peor que os he perdonado en silencio. Pero hasta aquí llega el silencio. Porque me han matado la libertad, me han abofeteado en vuestra cara y vosotros habéis mirado para otro lado. Sí. Poca gente lo ha visto en persona, y esa gente me cree, evidentemente. Pero no sabéis lo que es que os peguen un tortazo, os agarren por los hombros o por el cuello, os empujen hasta tiraros contra un montón de bolsas de basura. Y eso lo he sufrido en vuestras caras...aunque hayáis preferido cerrar los ojos y no verlo.

¿Amistad decís?

Seguid vuestro camino, yo sé en quién confiar y en quién no. Seguid siendo unos buitres carroñeros que se alimentan de las miserias ajenas, que yo, seguiré mi camino.


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